De esta manera, “el Pique” aparece como el elemento distintivo, que se va reinventando en distintas formas para llegar a las prendas a partir de diferentes métodos, en una composición donde la riqueza del color y de los estampados, son fundamentales este verano.
La colección propone una paleta de colores vibrantes como el Coral, el amarillo radiante, los neón que se complementan con tonalidades que evocan los marinos como el azul, el capri o el celeste Malibú, además de opciones cálidas como el naranja, el rojo Wilson y el azalea.
En lo referido a las tipologías, los shorts sueltos, las bermudas, las camperas en diferentes materiales y las remeras estampadas o sublimadas son protagonistas.
Esta temporada, se amplía la línea casual con una gran variedad de remeras en algodón, melange y jaspeados, tanto lisas como estampadas y un surtido de bermudas rayadas, escocesas y en rip stop que acompañan esta línea, con cortes clásicos, cargos y deportivos.
Para el lanzamiento de su colección, Wilson se vinculó con artistas contemporáneos que lograron captar el espíritu de la colección, cargado de dinamismo y movimiento, para realizar intervenciones y performance en la galería Braga Menéndez, donde se realizó el evento de presentación del verano.
Gala Berger e Itamar Hartavi fueron los creadores de espacios y situaciones interactivas, ellos mismos explican su fuente de inspiración: “al crear la pieza móvil ícono de esta temporada representamos los movimientos de las pelotas en acción. Con ayuda de distintos dispositivos se armó un recorrido que es a la vez estático y pendulante. WilsA es un trabajo donde el tiempo rota y se detiene, oscilando en un espacio deshabitado. Todas las pelotas vuelan hacia el tanto, están enredadas en su propio eje, justo antes de anotar el punto ganador del partido”, declara Gala Berger.
Por su parte, Itamar Hartavi definió su participación a través de dos situaciones. Una dinámica a través de una performance de contact improvisación: “Un juego, el encuentro de voluntades en el que existe un intermediario, y la pelota que es central en este movimiento, atravesado por corrientes infinitas”. Y por otro lado, a través de una estática donde las pelotas vuelven a tomar protagonismo en máscaras: “La pelota como cabeza, un elemento de juego y competición enriquecido por una mixtura de culturas y tradiciones, cobra vida y es generadora de vida”, afirma el artista.