Los hombres lideran el ránking de los que más scannean y sus edades promedio rondan entre los 20 y 30 años. Las grandes empresas advierten esta tendencia y son cada vez más las que optan por explotar este recurso como estrategia de marketing y publicidad.
En el último año, los códigos QR (Quick Response) lograron posicionarse como el principal contacto entre las empresas y los consumidores y se impusieron como la nueva tendencia entre los usuarios de smartphones. A medida que las marcas fueron incorporando esta especie de “código de barras personal”, captaron paulatinamente la atención del público y llegaron a adueñarse del 63% de la población usuaria de dispositivos móviles inteligentes, según informó MovilGate, la compañía líder de América Latina en el desarrollo e integración de soluciones móviles.
La investigación realizada por MovilGate arrojó que el parque de smartphones en Argentina ronda los 10 millones de equipos, lo que representa prácticamente un cuarto de la población del país.
Los códigos QR son piezas gráficas cuadradas en dos dimensiones, que permiten ser escaneadas por las cámaras de los celulares inteligentes, gracias a una aplicación que decodifica esa información cifrada (algunos teléfonos no requieren la descarga de aplicaciones lectoras). Comenzaron a aparecer tímidamente en el mercado publicitario local acompañando folletos, tarjetas personales o avisos en diarios y revistas, pero llegaron a capturar a un gran porcentaje de los usuarios del smartphones.
Según datos del estudio realizado, la franja etárea que más descargas realiza es la que va desde los 21 a los 30 años, que acapara el 42 por ciento. Le siguen los de entre 31 y 40, que se quedan con el 29%, mientras que los que tienen de 10 a 20 realizan el 12,4% del total de las descargas. Los de 41 a 50 años tienen el 10% de las descargas, mientras que los mayores de 51 tienen sólo 6,6% de los scanneos.
En simultáneo y advirtiendo esta nueva tendencia, las empresas están incorporando los códigos QR a sus piezas de comunicación, convirtiéndolos en un elemento de valor por su innovación y actualidad, y a su vez, les resulta una herramienta eficaz como forma de publicidad directa para atraer a sus consumidores en la era digital.
Las marcas de consumo desean relaciones mucho más directas con sus consumidores. Quieren invitarlos a participar de intercambios personalizados y a sumergirlos en experiencias únicas, novedosas y absolutamente interactivas, por eso es que el mercado de las aplicaciones vía QR Code está en pleno auge.
“El código QR permite un acceso mucho más inmediato a los sitios web móviles o a las aplicaciones de descarga. Son un puente poderoso entre el mundo móvil y el mundo real. Además, da a las piezas gráficas un gran valor adicional”, aseguró Marcela Carbajo, directora comercial de MovilGate. Por otro lado advierte que “escanear un código QR es un trabajo para la persona: hay que pararse frente al código, escanearlo con el teléfono y luego ver los resultados. Por eso es importante que ese esfuerzo se vea recompensado con algo que valga la pena. Lo que uno tiene que obtener por ese escaneo debe ser atractivo o poseer un beneficio evidente para el usuario”.
Nada sería de los códigos QR sin los Smartphones, aparatos que duplicaron su presencia en un 43% en el mercado local en el último año. Los códigos se convirtieron en un elemento visual de uso masivo: los encontramos en estaciones de subte, carteles en la vía pública, publicidades en revistas, e incluso hasta en remeras y tatuajes.
Los resultados del informe sirven también para mejorar el modo de presentar una campaña basada en QRCodes: de la gente que nunca ha escaneado un QRCode, un 45% respondió que no lo había hecho porque no sabía de qué se trataba. Por eso es importante acompañar el QRCode, al menos en esta etapa inicial, con instrucciones precisas para los usuarios.
“Sin duda las empresas están redireccionando su modo de hacer publicidad y de llegar a los consumidores, y los QRCodes son un simple y efectivo call-to-action para atraer al usuario hacia una experiencia móvil”, concluyó Carbajo.