A través de dos presentaciones multimedia en español, inglés y alemán, los visitantes del Pabellón Argentino pueden conocer la tecnología de Altas Presiones Hidrostáticas (APH) desarrollada por el Instituto de Tecnología de Alimentos del INTA, y con la que la Argentina intenta ganarse un lugar en el mundo de los alimentos procesados. Esta innovación se basa en la aplicación de presiones entre 400 y 900 MPa por tiempos cortos sobre alimentos envasados, que elimina los microorganismos patógenos (como la bacteria de la Escherichia Coli) y permite duplicar o triplicar la vida útil de los productos sin alterar su frescura. El primer equipo de altas presiones se instaló recientemente en nuestro país en el Área de Procesamiento Industrial del Instituto de Tecnología de Alimentos del INTA Castelar, provincia de Buenos Aires. Desde entonces, esta área de investigación ha realizado diferentes estudios vinculados a la aplicación de la tecnología APH en carnes, quesos y leche de cabra.
Los visitantes del Pabellón también pueden interiorizarse acerca de los procesos que se llevan a cabo dentro de un reactor nuclear. Tomando de ejemplo la central Atucha I, se explica didácticamente cómo se produce la fisión de átomos de uranio dentro del reactor. A través de gráfica animada, se explica en qué consiste la fisión (partición del núcleo) de un átomo de uranio dentro de tubos herméticamente cerrados, y cómo el calor que generan las sucesivas fisiones calienta agua desmineralizada que, transformada en vapor, mueve las turbinas del generador eléctrico del reactor. La energía eléctrica producida por la fisión completa de un gramo de Uranio 235 (utilizado como combustible nuclear) genera energía como para mantener 300.000 lámparas de 75wats encendidas durante una hora. La presentación también explica otros usos de la energía nuclear, en particular la medicina nuclear que permite desde el diagnóstico por imágenes (tomografías, resonancias magnéticas, etc.) hasta tratamientos curativos contra algunas enfermedades como el cáncer.