Nuevamente el INTA organiza junto a las radios APA, Génesis y La Radio el servicio de alarma para control de heladas. El mismo comienza a las 21 con informes de temperatura, humedad, dirección y velocidad del viento y estado del cielo. El objetivo es brindar una orientación al productor que en su monte está monitoreando las mismas mediciones, permitiendo una comparación en tiempo real de sus propios registros con los que se obtienen en la Estación Experimental. Es importante recordar que los cambios de temperatura varían mucho, aún con poca distancia de un lugar a otro.
Cada día hasta mediados de octubre, en la Estación Experimental se decide si esa noche habrá o no, vigilia. Para ello se tienen en cuenta principalmente las condiciones que se dan durante el día, así como los pronósticos disponibles que pueden anticipar temperaturas bajo cero. El servicio se prolonga hasta que las condiciones meteorológicas no son favorables a la helada, o bien cuando el descenso de la temperatura se produce en forma gradual y las condiciones reinantes predisponen a la ocurrencia del evento, por lo que, se determina que la helada se producirá de manera inminente.
Es imposible pronosticar en qué medida el enfriamiento afectará a la producción. Sin embargo, existen diferentes índices que dan cuenta de la sensibilidad a las bajas temperaturas por parte de los frutales en sus diferentes estadios. Así el Centre Technique interprofessionnel des fruit et legumes (CTIFL), elaboró una escala en la que se señala, para 7 estadios diferentes del duraznero, entre yema de invierno y fruto recién cuajado, las temperaturas a partir de las cuales, con una exposición de al menos media hora, se producirá un daño del 10 % sobre el órgano vegetal. (Ver gráfico aparte).
Cada productor recorre su monte y reconoce los distintos estadios. Además, periódicamente el INTA envía boletines que permiten conocer cómo están las plantas hasta ese momento.
Los registros meteorológicos de INTA San Pedro datan del año 1965. Entre ellos, se encuentran las estadísticas sobre la ocurrencia de heladas. Las mismas indican que se producen en promedio, tres heladas por año, en el período de sensibilidad del duraznero (11 de agosto al 20 de octubre), las cuales podrían causar daños en la producción. En esta estadística se considera como heladas a una temperatura mínima en abrigo meteorológico a 1,5 m de altura de 0.5 ºC, lo que representa una temperatura mínima a la misma altura y sin abrigo, de aproximadamente -1,0 ºC. También debe mencionarse, que estas condiciones meteorológicas, se produjeron en el 86,7 % de los años entre 1965 y 2009.
El año pasado, en el mes de agosto solamente se registró una helada meteorológica (en abrigo a 1,5 m), cuya intensidad fue de apenas -0,1 ºC. En septiembre también ocurrió una helada meteorológica, el día 9, y la temperatura mínima que se registro en aquel momento, al igual que lo agosto, fue de -0.1 ºC.
Los registros históricos del INTA, considerando la serie de datos 1965-2009, señalan que las heladas de mayor intensidad ocurrieron en el año 1967, cuándo la temperatura mínima dentro del abrigo meteorológico alcanzó los -6,9 y -5,3ºC en los días 13 y 14 de junio respectivamente. En ese sentido, luego se ubican 10 días que registraron temperaturas mínimas entre -4ºC y -4,9ºC. Las estadísticas también arrojan una helada meteorológica que alcanzó los -5 ºC, y se produjo el 23 de junio de 2009. Por último, en el año en curso, los días 16 y 17 de julio, ocurrieron dos heladas en el abrigo meteorológico, registrándose valores mínimos de temperatura de -4,1 ºC y -4,0 ºC, respectivamente.