Afecta a 200 millones de personas en todo el mundo, y es considerada como “la epidemia silenciosa del siglo XXI”. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, la osteoporosis es el segundo problema de salud, luego de las enfermedades cardiovasculares y según datos obtenidos de un estudio realizado por el Instituto de Investigaciones Metabólicas a 4.000 mujeres posmenopáusicas argentinas, 1 de cada 3 mujeres mayores a 50 años tiene osteoporosis.
La osteoporosis es la disminución de la cantidad de tejido óseo (masa ósea), lo que hace que los huesos sean menos resistentes y más frágiles. Esto provoca un aumento en el riesgo de sufrir fracturas ante traumatismos mínimos y si bien compromete a todo el esqueleto, los sitios más propensos a sufrir fracturas son las muñecas, la columna y la cadera. Esta última es la causante de la mayoría de las complicaciones graves de la enfermedad y de la invalidez de muchas personas.
Esta enfermedad, con el aumento en la expectativa de vida, se ha convertido en una de las enfermedades crónicas de mayor impacto sanitario a nivel mundial, ya que de la mano del incremento en el riesgo de fracturas que produce, trae aparejado un impacto negativo en la calidad de vida y hasta en la sobrevida de los que la padecen, al margen de su negativa repercusión en los recursos económicos destinados al cuidado de la salud.
Pero afortunadamente, hoy en día es fácil y precozmente diagnosticable a través de un estudio sencillo, conocido como densitometría ósea, lo que permite intervenir terapéuticamente y evitar las complicaciones a futuro. En este estudio, se mide la densidad de minerales (calcio) de los huesos a través de la emisión de rayos x, (como las radiografías, pero sin irradiación significativa). Es un estudio muy simple de realizar, de alto confort ya que el paciente debe acostarse en una camilla, y un sensor mide la densidad de mineral de los huesos, sin siquiera entrar en contacto con el paciente. No trae ninguna complicación, su realización dura menos de un minuto y no requiere ayuno ni toma de medicación previa.
Según el nivel de pérdida de densidad al compararlo contra un valor estándar ideal, se establece el diagnóstico de osteoporosis. Cuando esto sucede es necesario descartar la
existencia de afecciones clínicas como responsables de la descalcificación, tales como: tratamiento con corticoides, mal funcionamiento de las hormonas masculinas,
alcoholismo, excesiva eliminación de calcio por orina, enfermedades hematológicas, enfermedades gastroenterológicas que dificultan la absorción del calcio, etc. Es por eso que además de la densitometría es necesario realizar una consulta clínica y otros estudios para hacer el diagnóstico.
“El rol en la prevención juega un papel importantísimo, los alimentos, la nutrición y el ejercicio favorecen el desarrollo, fortalecimiento y mantenimiento de los huesos sanos y
fuertes y la detección temprana de la enfermedad cumple un papel fundamental en su manejo futuro”, advierte el Presidente y Director Médico General del Instituto de Investigaciones Metabólicas Prof. Dr. José Rubén Zanchetta.
Por lo tanto, con el compromiso diario de trabajar en la detección temprana de la osteoporosis, el Instituto de Investigaciones Metabólicas invita a las mujeres mayores de 50 años, que se encuentren transitando los primeros años después de la menopausia a realizarse una densitometría osea y un control médico sin cargo.
La campaña de detección precoz es por tiempo limitado y esta destinada a mujeres residentes en Capital Federal y Gran Buenos Aires.
Para mayor información comunicarse al 5031-4120
a partir del lunes 22 de junio
www.idim.com.ar – idim@idim. com.ar