Bajo el título Jóvenes: opciones y cambios, la Dra. Matilde Maddaleno, Asesora Regional en Salud y Desarrollo de Adolescentes y Jóvenes de la OPS desde 1996, pediatra especializada en adolescencia, y la Dra. Cecilia Breinbauer, psiquiatra especializada en salud de los niños y adolescentes, quien trabajó en la OPS desde 2001 al 2004, subrayan que la salud de los adolescentes es un elemento clave para el progreso social, económico y político de todos los países y territorios de las Américas. La Dra. Breinbauer es miembro de la Junta Asesora del Consejo Interdisciplinario sobre Trastornos del Desarrollo y el Aprendizaje, donde desempeña el cargo de Presidenta del Comité de Salud Pública y Coordinadora de la Red de América Latina y el Caribe. También es Presidenta del Capítulo Chileno.
“El futuro de la Región depende, en gran medida, de la participación de una población saludable, educada y económicamente productiva”, afirman las autoras del nuevo libro. “Sin embargo, con demasiada frecuencia, en las políticas públicas y la agenda del sector salud se hace caso omiso de las necesidades y los derechos de los adolescentes, salvo cuando ellos se comportan de manera perturbadora”. Maddaleno y Breinbauer exponen que esto podría deberse a que los adolescentes sufren pocas enfermedades potencialmente mortales en comparación con los niños pequeños y los ancianos.
“Además, en la mayoría de los casos, los hábitos perjudiciales para la salud adquiridos durante la adolescencia no producen morbilidad ni mortalidad durante el periodo de la adolescencia propiamente dicho”.
La realidad sin embargo, plasmada en muchos estudios científicos, indica la seriedad de un panorama de sufrimientos, situaciones y de enfermedades mayormente prevenibles a los que en unos u otros casos se asocian enormes costos directos e indirectos derivados de una inacción en servicios y programas de prevención y promoción de la salud dirigidos hacia la población adolescente. Así, por ejemplo, las autoras de Jóvenes: opciones y cambios revelan que tan solo en los Estados Unidos se gastan aproximadamente 20.000 millones de dólares cada año en el pago de servicios varios para asistir a familias que se han formado como resultado de embarazos durante la adolescencia.
“El Banco Mundial (2002) calcula que si se produjera una reducción de 1% en la delincuencia juvenil, esto aumentaría los ingresos derivados del turismo hasta un 4% en jamaica y un 2.3% en Barbados”, recuerdan.
Las autoras destacan la decisiva importancia que conlleva el proceso de crecimiento y desarrollo, ya que los logros o los fracasos en cada etapa de la vida afectan la salud de las personas en los años venideros y la salud de la siguiente generación.
“En la etapa de la adolescencia se crea el capital humano y se adquieren nuevos conocimientos, aptitudes y competencias esenciales para desempeñarse en la sociedad. (…) Por lo tanto es fundamental que los adolescentes aprendan a identificar y a adoptar patrones de conducta que promuevan la salud”.
En el prefacio de la publicación, la Directora de la OPS, Dra. Mirta Roses Periago, afirma que la publicación constituye el primer intento por incorporar una perspectiva de desarrollo en el análisis de conceptos teóricos clásicos al aplicarlos a distintas etapas de la adolescencia. Eso, matiza la Dra. Roses, permitirá a los planificadores y formuladores de intervenciones orientadas hacia la promoción de la salud a descubrir y resolver las diferencias en la capacidad socio-emocional y conductual de los jóvenes para luego crear programas que respondan eficazmente a las necesidades y los deseos específicos de cada etapa del desarrollo.
A título personal, deseo que las experiencias de la comunidad de investigación global aquí presentadas encuentren terreno fértil entre un público diverso en toda la Región de América Latina y el Caribe, indica la Dra. Roses.
“En la actualidad, aproximadamente una de cada tres personas en América Latina y el Caribe tiene entre 10 y 24 años de edad. Por consiguiente, señala la Directora de la OPS, las medidas para el fortalecimiento de la generación del futuro, como asegurar la educación universal y la igualdad entre los sexos, mejorar las estrategias de prevención de la infección por VIH/sida y brindar oportunidades socioeconómicas para los jóvenes (…) tendrán una función decisiva en el logro del objetivo general de reducción de la extrema pobreza en el año 2015”.
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